El clima necesita menos diagnóstico y más acción
El último informe de las Naciones Unidas sobre cambio climático insiste sobre la gravedad del problema, pero aporta soluciones. Por eso el organismo internacional alienta políticas multilaterales y un verdadero consenso global.
Ricardo Lagos EX PRESIDENTE DE CHILE
Ha llegado el momento de la acción y no de los diagnósticos.El último informe del Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático de Naciones Unidas —que reúne el trabajo coordinado del mayor número de científicos sobre la materia— entrega una conclusión clara: el mundo dispone hasta el 2015 o 2020 para disminuir las emisiones carbónicas; en caso contrario, el planeta está en peligro, pues la tendencia al calentamiento será irreversible.A pesar de este duro diagnós tico, que surge a partir del análisis de distintos escenarios, el informe también trae una buena noticia: para financiar el objetivo de disminuir las emisiones, sólo sería necesario reducir el crecimiento anual del mundo en menos del 0,1% del Producto Interno Bruto. Esto significa que, hacia el año 2030, la reducción total del Producto Bruto no llegaría a 3% y estaríamos en el camino correcto.O sea, desde el punto de vista económico, es posible evitar el calentamiento, que se estima en 3 grados Celsius si no se hace nada.Sin embargo, tardamos 20 años desde el informe Brundtland para aceptar, sin que ya nadie lo discuta, que el calentamiento global es obra del ser humano, producto de lo que hemos hecho en el planeta durante los últimos dos siglos y medios.Esperemos ahora que no tardemos otros 20 años para reconocer que es mejor y menos caro enfrentar el calentamiento global ahora, de la forma como se define en el informe. Debemos ponernos ya en acción. Para hacerlo, necesitamos la voluntad política de todos. Ese es el objetivo en el cual debemos colaborar los tres enviados especiales nombrados por el secretario general de Naciones Unidas.La tarea de Naciones Unidas es alcanzar compromisos que, luego de 2012, obliguen a todos. Sí, a todos.Hoy el Acuerdo de Kyoto establece techos para la emisión de los países desarrollados. Sabemos las razones por las cuales ni Estados Unidos, ni China, ni India —los principales contaminadores— niegan su ratificación. Los países no desarrollados, como Chile, no están obligados. Tampoco lo están China e India.Nos parece que los países en proceso de desarrollo también deben contribuir con el gran objetivo de detener el calentamiento global. Está demostrado que, para crecer, desarrollarse e invertir, se requiere energía, pero los precios actuales de los combustibles tradicionales nos permiten considerar fuentes no contaminantes. Y nos obligan a ser más eficientes en su uso.Hay que seguir el ejemplo de Japón, que está a la cabeza en materia de eficiencia energética, y al mismo tiempo emprender esfuerzos para privilegiar fuentes de generación de energías limpias.Estos son los dos caminos que debemos impulsar ahora. No queda mucho tiempo para ponernos de acuerdo. Hay que lograr un consenso antes del 2010, para que luego los países tengan un período en el que puedan ratificar sus compromisos.Para ello, contamos con la colaboración creciente de la sociedad civil en distintos lugares del mundo. Solamente en los Estados Unidos, más de 300 ciudades han acordado, a nivel municipal, poner un techo a la emisión de gases en sus respectivas comunas.Contamos también con el apoyo de organismos no gubernamentales, como el Club de Madrid, que tiene un grupo de trabajo con la Fundación de Naciones Unidas para hacer una propuesta concreta que sirva como un borrador inicial para el acuerdo post Kyoto 2012.Esto es lo que ahora, a nivel de Naciones Unidas, debemos comenzar a impulsar intensamente. Ese ha sido el sentido de la fuerza que el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, ha dado al colocar este tema como el más importante que tiene la agenda del organismo internacional y al nombrar tres enviados especiales como sus representantes ante los gobiernos del mundo. Gro Harlem Brundtland, ex primera ministra de Noruega; Han Seung-soo, ex ministro de Relaciones Exteriores de Corea; y el que escribe estas líneas tenemos ahora una tarea esencial: colaborar para que el secretario general esté en condiciones de destrabar el estado actual de las negociaciones para alcanzar un acuerdo político que involucre a los países del mundo entero.Es una apuesta grande la del secretario general. El tiene el sentido de urgencia, así como tantos otros en el planeta. Sabe que el momento de la acción ha llegado.No podía ser de otro modo. Después de todo, por primera vez estamos frente a un problema de carácter global y que no puede ser abordado sino de una manera también global.Aquí lo que se está poniendo en tensión es la capacidad del ser humano para poder dar el primer paso hacia una gobernabilidad en este punto tan específico, y tan vital a nivel del planeta. Es un reto enorme para la actual generación, pero que si lo salva y lo salva bien, será entonces la demostración de que también se puede gobernar con una visión global, con desafíos y metas que van más allá de los límites, creencias y culturas de cada país en particular.Será la demostración de que las políticas públicas a nivel multilateral son posibles para el bienestar de toda la humanidad.
OBTENIDO DEL:
http://www.clarin.com/diario/2007/06/03/opinion/o-03402.htm
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